La comunidad de refugiados tamiles en Alemania ha sufrido una serie de redadas y detenciones de madrugada durante los últimos días. Familiares y amigos desconocen el paradero de las personas detenidas. Les han quitado los teléfonos y cortado toda comunicación. Algunas de esas personas habían sido citadas para acudir a la policía de extranjería para la supuesta entrega de una visa de dos años. Al acudir a esa cita han sido arrestadas y posteriormente encarceladas.
Descubrimos que serán deportadas a Sri Lanka el 30 de marzo en un avión especial. Hemos recabado de diversas fuentes que 31 personas están retenidas en Düsseldorf, alrededor de 50 en Frankfurt y 11 en Stuttgart. Sin duda estas cifras aumentarán antes del 30 de marzo. Es difícil saber con veracidad cuanta gente hay detenida dado que han cortado la comunicación con las víctimas.
Considerando que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha votado a favor de una resolución (en la que Alemania participó en su redacción) para que un equipo de la ONU investigue las graves violaciones de derechos humanos que se han producido y están aumentando en Sri Lanka, es fácil entender por qué las autoridades alemanas quieren realizar esta deportación masiva en secreto. Es un enorme ejercicio de hipocresía.
El 28 de enero el Comisionado de Derechos Humanos y Asistencia Humanitaria del Gobierno Alemán, Bärbel Kofler (SPD) tuiteó: “El informe publicado ayer por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es motivo de grave preocupación por la situación de los derechos humanos en Sri Lanka. Me complace que Alemania siga comprometida con la reconciliación y la rendición de cuentas a través del Consejo de Derechos Humanos”. Hace apenas unos días, el 23 de marzo, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó la resolución respaldada por Alemania que pedía una investigación internacional. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha presupuestado los recursos que serían necesarios en 2021 y 2022 para que la Oficina del Alto Comisionado “recopile, consolide, analice y preserve la información y las pruebas y desarrolle posibles estrategias para futuros procesos de rendición de cuentas por violaciones graves de derechos humanos o violaciones graves del derecho internacional humanitario en Sri Lanka”. Entre los recursos identificados se encontraba un “Asesor Jurídico Superior con experiencia en justicia penal internacional” que “coordinaría los procesos de revisión e intercambio de información con autoridades nacionales para casos de jurisdicción universal y jurisdicción extraterritorial”.
También se presupuestaron otros asesores legales, analistas, oficiales de derechos humanos, jurislingüistas, solicitando un total de 2.856.300 dólares EE.UU. Por lo tanto, mientras apoya a un equipo de investigadores encargados de examinar las graves y crecientes violaciones de derechos humanos en Sri Lanka, Alemania planea, al mismo tiempo, deportar a un centenar de refugiados tamiles a Sri Lanka. ¿Es esto parte de un proceso de investigación especial con el espíritu de la caza de brujas de Salem? ¿Es una prueba para ver si los refugiados tamiles, que son persiguidos en Sri Lanka, serán tratados de la misma manera que Gotabaya y Mahinda Rajapaksa trataron al pueblo tamil en 2009, cuando fueron masacrados? (ver el veredicto del Tribunal Popular de Sri Lanka aquí).
Hacemos un llamado urgente a todo el mundo para que personas, organizaciones y asociaciones culturales o humanitarias nos envíen un video o una declaración en texto, que puedan hacerse públicas y también ser enviadas al Ministro de Relaciones Exteriores y al Ministro del Interior de la República Federal Alemana.
¡Detengamos esta atrocidad!
Asociación Internacional de Derechos Humanos Bremen
Contacto: email@humanrights.de